Notas

Un poder paralelo: el crimen organizado en América Latina

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el número de homicidios anuales con armas de fuego en América Latina –entre 73.000 y 90.000– es tres veces mayor que la media mundial. En las dos últimas décadas, la violencia fue la principal causa de muerte entre los latinoamericanos de entre 15 y 44 años. Esta degradación de la seguridad ciudadana ha sido simultánea al crecimiento de un poderoso “poder paralelo”: el crimen organizado.

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El gobierno italiano firmó un indulto que beneficiará a 12 mil presos

El presidente italiano Giorgio Napolitano promulgó hoy una ley de indulto que fue aprobada por el Parlamento y que está destinada a descongestionar las cárceles en ese país. La norma beneficiará a unos 12.000 detenidos, y prevé una reducción de las condenas en tres años para quienes hayan cometido delitos antes de mayo de 2006, pero incluye muchas exclusiones. Se aplicará para quienes estén acusados de homicidios, robos y delitos financieros. Pero quedarán excluidos delitos como terrorismo, banda armada, masacre, esclavitud, prostitución de menores, pornografía infantil, violaciones, secuestros y tráfico de drogas. La resolución generó polémica y enfrentamientos en el Senado.

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Reducir la pobreza es un gran negocio

El crecimiento de los países latinoamericanos en las últimas décadas ha sido decepcionante. Mientras que China experimentó, entre 1981 y 2000, un crecimiento promedio per cápita de 8,5 por ciento anual, el Producto Bruto Interno por habitante de América latina disminuyó 0,7 por ciento por año en la década de los 80 y apenas subió 1,5 por ciento en los años 90.

Además, la región continúa siendo una de las más desiguales del mundo. No sorprende, entonces, que mientras China logró reducir la pobreza un 42 por ciento en esas dos décadas, en América latina haya habido pocos cambios significativos en los niveles de pobreza.

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Ranchos aparte

A todos los pabellones, como en casi todo el mundo, se accede por un único pasillo central. Para llegar a los pabellones E y F hay que pasar 6 rejas distintas y dos puertas blindadas. Al contrario de lo que se cree, en el interior de ninguna cárcel hay guardias con armas de fuego. Sólo la seguridad externa del penal las tiene. Y si ven que alguien se escapa, las usan. Una decena de guardias y funcionarios guían al NO hasta la entrada del F, adonde está por comenzar la asamblea de los viernes.