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Avanzar contra la violencia y la desigualdad es la meta

MEDELLÍN (De un enviado especial).- Aníbal Gaviria Correa, alcalde de la ciudad, habla de Medellín con pasión. Desde los ventanales de su despacho, en el piso doce de la sede de la administración local, la ciudad se abre hasta el horizonte. Allí, dice, están los dueños de la transformación que, desde hace doce años, es modelo en el mundo. Ya van tres mandatos de tres jefes comunales diferentes que continúan por la misma senda.

«Es cierto, se hizo mucho. Pero también falta mucho. Hoy la prioridad es avanzar contra la violencia y contra la desigualdad», declama.

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América latina, primera en violencia criminal

Un informe de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (Unodc) revela las cifras de asesinatos producidos en el mundo durante la primera década de este siglo. Los números indican de modo fehaciente que América latina es la región que registra mayor violencia criminal en los últimos años, con 437.000 homicidios.

De ese modo nuestra región ocupa un lugar indeseable, pues ha desalojado del primer lugar al continente africano, que años atrás encabezaba ese ranking. Las cifras más alarmantes se registran en los países de América Central y, entre ellos, los peores datos corresponden a Honduras (90 asesinatos por cada 100.000 habitantes), seguida por El Salvador.

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Los cinco países con más y menos homicidios en el mundo

El estudio califica al homicidio intencional de un ser humano a otro como el peor de los crímenes.

Honduras fue el país con la tasa más alta de homicidios en el mundo, según el informe global de Homicidios 2013 de la Organización de Naciones Unidas, publicado este jueves.

El estudio, que está basado en las últimas cifras oficiales disponibles hasta 2012, además revela que América Latina es la región del planeta con mayor número de muertes violentas por homicidio y armas de fuego.

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Más delitos informáticos

Desde hace un tiempo, estamos familiarizados con el término Phishing, vinculado al delito informático. Esta modalidad hace referencia a estafas que se vinculan con la suplantación de la identidad digital.

Se trata de una práctica fraudulenta por medio de la cual un “ciberdelincuente”, generalmente a través de un correo electrónico o llamada que, en apariencia, procede de una entidad de confianza, obtiene información confidencial (contraseñas y/o información bancaria) de la víctima a la que va a robar y suplantar la identidad digital.