MEDELLÍN (De un enviado especial).- Aníbal Gaviria Correa, alcalde de la ciudad, habla de Medellín con pasión. Desde los ventanales de su despacho, en el piso doce de la sede de la administración local, la ciudad se abre hasta el horizonte. Allí, dice, están los dueños de la transformación que, desde hace doce años, es modelo en el mundo. Ya van tres mandatos de tres jefes comunales diferentes que continúan por la misma senda.
«Es cierto, se hizo mucho. Pero también falta mucho. Hoy la prioridad es avanzar contra la violencia y contra la desigualdad», declama.