Hoy en día, los escritos e investigaciones de renombrados expertos de las ciencias del comportamiento no defienden pegarles a los niños. Este amplio consenso ha ido creciendo durante décadas y sus comienzos se remontan a siglos atrás.
Ello no significa que no existan partidarios de pegarles a los niños, de la misma manera que sería una falsedad pretender que no existen defensores del mal trato a las esposas. Ambas prácticas son comunes y sus defensores en general creen tener razones válidas para actuar así.