En un atentado cometido con un coche bomba en Bagdad, dos niños con discapacidad mental fueron utilizados como señuelos. No se trató de un caso aislado. En Irak, la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA) ha descubierto «decenas de niños con retraso mental» que «han sido usados en ataques insurgentes contra las tropas norteamericanas e iraquíes». Los niños, a menudo huérfanos a causa de la violencia, también son empleados en tareas de espionaje o para distraer a los soldados durante los atentados.
Destruir Botnia, el objetivo de un nuevo videojuego
Será lanzado en los próximos días por un sitio de internet de Uruguay. El juego propone, entre distintas variantes, el enfrentamiento de dos grupos: uno que virtualmente intenta destruir la planta con una bomba y el otro que debe evitarlo Un videojuego creado en Montevideo que tiene por objetivo la destrucción o la defensa de la planta papelera de Botnia será lanzado en los próximos días por un sitio de Internet del país vecino.
Oklahoma: el amor a las armas, un emblema de la cultura norteamericana
Se calcula que hay unos 200 millones de pistolas y rifles. Es el país con más armas en manos privadas.
Masacres en las escuelas, una historia que se repite
Aunque la gran mayoría ocurrió en Estados Unidos, se dieron casos en otros países, como el de ayer en Finlandia e incluso en Argentina. Un repaso en imágenes de algunas de las peores matanzas en colegios y universidades.
Cómo se enfrentan tareas moralmente reprochables
Burl Cain cree que sólo a Dios le corresponde decir cuándo se acaba la vida de una persona. Pero, en su cargo de guardián y verdugo jefe de la Penitenciaría Estatal de Louisiana en Angola, Cain es quien ordena aplicar la inyección letal y ha sostenido la mano de condenados antes de morir.
«Es algo que debemos hacer, estemos en contra o a favor de la pena de muerte, y tratamos de hacer que el proceso sea tan humano como sea posible -dijo-. El problema es soportarlo.»
Cómo la inseguridad transformó nuestra vida
La delincuencia ha logrado restringir la vida social y aniquilar a su paso elementales hábitos cotidianos: muchos autos ya no se dejan en el garaje, sino en la calle; los semáforos se pasan por alto a la madrugada, hay familias que evitan los deliveries por prevención, se blindan y polarizan los vehículos, el timbre del hogar se toca de manera codificada o lo antecede un aviso por celular, los barrios se vaciaron de chicos y de bicis, los adolescentes salen con celular, las parejas renunciaron a su intimidad y ya no «conversan» en el auto al final de una cita…