Es el Instituto Santa Teresa de Jesús, que recibe a 1.600 alumnos carenciados.
«Padre le quiero regalar a mi niño. Lléveselo». «No señora, cuídelo usted, usted es su madre, yo la ayudo, pero cuídelo usted». El niño en cuestión tiene siete año, y la anécdota la cuenta el sacerdote español Patricio Larrosa Martos, quien desde hace 17 años, se dedica en Honduras a ayudar a los más desposeídos.