Uno de los temas más desarrollados en materia criminológica es el relativo a las adicciones – drogas y alcohol- y su incidencia en el delito.

Es indudable que ni la droga en sí ni el alcohol determinan un comportamiento ilícito. Tampoco incide un arma guardada en un cajón. Dicho de otra forma, habrá quienes consuman drogas o alcohol y no necesaria ni obligatoriamente lleguen al delito.

De hecho es así. Pero lo precedente no obsta a considerar tanto a las drogas como al alcohol como factores coadyuvantes en la eclosión de conductas violentas y también criminales.