La violencia, con sus múltiples causas y consecuencias, requiere de un conjunto de soluciones que involucran la acción de diversos sectores. No existe una receta única aplicable a todas las situaciones.

Pero sí hay un sinnúmero de propuestas de acción, muchas guiadas por los diversos enfoques disciplinarios que la estudian. Ellas se pueden dividir en dos grandes grupos: acciones dirigidas a controlar la violencia y aquellas dirigidas a prevenirla.

La criminología y el enfoque judicial han hecho aportes significativos al primer grupo mientras que la epidemiología y el enfoque de salud pública han ofrecido una metodología orientada a la prevención.