El fenómeno de la violencia es complejo y multifacético. No hay una, sino muchas variedades de violencia. De allí nace el problema de definirla.

Las definiciones de mayor uso incorporan las dimensiones de cuán intencional es la conducta, así como cuál es la gravedad de sus  consecuencias. Siguiendo estas líneas, una definición comúnmente aceptada dice que conductas violentas son “las conductas de individuos que intenten, amenacen o inflijan daño físico u de otro tipo” (Reiss y Roth,1993 p.2).