¡El mayor golpe al blanqueo de dinero en Europa! La «Operación Ballena Blanca» comenzó como una investigación habitual de tres narcotraficantes de la Costa del Sol española solicitada por la policía francesa y finalizó con el descubrimiento de una gran red de blanqueo de dinero del crimen organizado con conexiones en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Francia, Alemania, Holanda y Rusia. Una red que podría haber lavado más de 800 millones de dólares procedentes de narcotraficantes, traficantes de armas, proxenetismo, trata de blancas, secuestros, ajustes de cuentas, homicidios y estafas.

El centro de operaciones blanqueadoras, un respetable despacho de abogados de la ciudad española de Marbella. El dinero se canalizaba hacia grandes inversiones por medio de cientos de sociedades domiciliadas en la Costa del Sol, en el paraíso fiscal de Gibraltar y otros lugares opacos, pero casi nadie ha puesto el dedo en la llaga del problema.

Entre esas escasas voces está la organización internacional Attac, una de las más críticas con las consecuencias perversas de la actual versión neoliberal del capitalismo. Según Attac, el lavado de dinero sucio sólo es posible por los paraísos fiscales y, aunque aplaude la eficacia policial, lamenta la nula voluntad política de los gobernantes para acabar de raíz con este tipo de tramas delictivas financieras. Abundantes y respetables tramas, como la desmontada, creadas para desviar capitales hacia paraísos fiscales, capitales formados por beneficios de la comisión sistemática y organizada de delitos.

En el desvío hacia los paraísos se mezclan también beneficios de actividades productivas legales, pero en ese caso el perjuicio es otro: la evasión fiscal, la sustracción ilícita e ilegítima de impuestos que deben pagarse. Hace un par de años, en las islas Jersey del canal de La Mancha (de soberanía británica, por cierto), en un intento fallido de investigación judicial, se consiguieron «manuales de fraude fiscal» utilizados habitualmente por los empleados de bancos europeos radicados en ese pequeño y tramposo enclave financiero.

Los paraísos fiscales y una perversa concepción de las finanzas y de los privilegios de las entidades bancarias (proclamados como «derechos») son causa directa de severos problemas económicos, policiales y sociales. Un comité español de apoyo a la denuncia que Atacc ha hecho de los paraísos fiscales, formado por economistas, rectores de Universidad, catedráticos, intelectuales y destacados dirigentes internacionales (como el ex director general de la Unesco, Federico Mayor Zaragoza) ha denunciado que «el actual sistema económico neoliberal vigente en la mayoría de los países del mundo -que favorece la total libertad de movimientos de capitales, pero partidario de menos impuestos, menos servicios públicos y menos Estado- ha originado en el planeta un movimiento sin control de una gran masa financiera que elude toda contribución social y sólo persigue sus beneficios de forma ilimitada. Dinero de todo tipo, procedente de fortunas privadas, empresas, multinacionales y actividades tanto legales como ilegales (narcotráfico, terrorismo, etc.) encuentra su mejor refugio en territorios donde no hacen preguntas ni establecen ningún gravamen, en los llamados paraísos fiscales».

La investigación ha destapado sólo la punta del iceberg de un delito extendido a gran escala en las operaciones financieras de nuestras sociedades. El fiscal antimafia de Málaga, Juan Carlos López Caballero, ante el descubrimiento del blanqueo en Marbella ha afirmado que «lo peor está por llegar». En el ojo del huracán de este entramado delictivo está el sistema bancario porque las leyes vigentes de todos los países desarrollados permiten la opacidad de las operaciones de bancos y entidades financieras así como las inversiones de «sociedades pantalla» en paraísos fiscales. El muy protegido secreto bancario y la ausencia de leyes internacionales de control financiero permiten el blanqueo de dinero del tráfico de armas, del narcotráfico, de la trata de blancas y de unos cuantos graves delitos más.

El Informe sobre Desarrollo Humano 2002 de la ONU indicaba que la diferencia en el ingreso per cápita entre el 20% más rico del mundo y el 20% más pobre ha aumentado de 30 a 1, en 1960, a 74 a 1 en nuestros días. La actual versión neoliberal del capitalismo no es el mejor motor de desarrollo ni de crecimiento real, y la existencia de los paraísos fiscales es parte fundamental del problema. Por eso, cuando escuchen a un dirigente político encendidas diatribas o proclamación de voluntades contra el terrorismo internacional o el delito organizado, piensen con toda justicia que está poco informado o sencillamente miente, porque, mientras se permitan los paraísos fiscales, todas las proclamaciones contra terrorismo, injusticia, subdesarrollo y similares, en el mejor de los casos, no son más que retórica hueca.

Xavier Caño
CCS. España, marzo del 2005.